¿Por qué es importante cruzar la línea media?
Si anotarás todas las veces que cruzas la línea media en el día llenarías varias páginas de una libreta. Inclusive el acto de escribirlas implica cruzar la línea media. Acá encontrarás algunas de las razones por las cuales esta habilidad es necesaria para la vida diaria:
Nos permite realizar tareas prácticas, de cuidado personal y recreativas sin contratiempo. Manejar un auto, barrer el piso, cocinar, bañarse, ponerse unas medias, practicar deporte y actividades similares requieren cruzar la línea media.
Es necesaria para el seguimiento visual. Además de actividades como ver películas o inspeccionar el campo durante un partido de fútbol, confiamos en el seguimiento visual para leer porque nuestros ojos deben cruzar continuamente la línea media al moverse por la página.
Desarrolla una mano dominante. Desarrollar una mano dominante es importante para las habilidades de la motricidad fina refinadas como cortar, escribir y lanzar una pelota. Un niño debe ser capaz de cruzar la línea media para fortalecer la mano que dominará en estas tareas.
¿Cómo se desarrolla el cruce de la línea media?
Alrededor de los 3 meses, los bebés pueden cruzar la línea media con sus ojos mientras que siguen visualmente un objeto que se mueve en un arco frente a ellos. Hacia los 6 meses comienzan a cruzar el cuerpo con una mano. A los 8 meses cruzan la línea media con ambas manos pasándose objetos de una mano a otra. A los 4 años, los niños generalmente cruzan la línea media con facilidad.
El desarrollo del cruce de la línea media está integralmente conectado con las habilidades de la motricidad gruesa y la motricidad sensorial:
Conciencia del cuerpo
Para cruzar la línea media, tu bebé debe desarrollar primero consciencia de su propio cuerpo. Cada interacción física con su entorno activa los receptores de su piel, de sus músculos y coyunturas, que desarrollan su sentido propioceptivo. La propiocepción incluye entender la posición relativa de las partes del cuerpo y va de la mano con el cruce de la línea media. Por ejemplo, cuando te rascas distraídamente un codo no miras tu cuerpo para saber dónde está el codo ni cómo llevas la mano para que lo rasque.
Integración bilateral
La integración bilateral o la comunicación perfecta entre los dos lados del cerebro no está presente al nacer. El cruce de la línea media y la integración bilateral se refuerzan mutuamente: entre más cruce tu bebé la línea media, más se fortalece la comunicación cerebral. Y entre más fuerte sea la comunicación cerebral mejor será la capacidad de cruzar la línea media. Una de las actividades más importantes para este refuerzo mutuo es el gateo. Cuando tu bebé gatea, cruza continuamente la línea media con sus manos y con sus ojos provocando una “conversación” constante entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro.
Estabilidad del tronco
Una base fuerte y un buen control postural permiten un movimiento controlado para cruzar la línea media. Verás esto cuando tu bebé se pueda sentar por sí mismo (alrededor de los 6 meses) y tenga sus dos manos libres para jugar.
Rotación del tronco
Muchas de las actividades que cruzan la línea media implican rotar o doblar el tronco de forma coordinada. Los movimientos transitorios, como por ejemplo pasar de estar acostado a sentarse, ayudan a desarrollar la habilidad de rotar el tronco en tu bebé.
¿Cómo puedes ayudar?
Cruzar la línea media de manera sobresaliente no se logrará sino hasta que tu hijo tenga entre 3 y 4 años. Pero ya que esta base está directamente relacionada con el desarrollo de la motricidad gruesa y de la motricidad sensorial, fomentar el movimiento y la exploración es una de las mejores formas de ayudar a tu bebé para que adquiera esta habilidad. Ponlo boca abajo y dale libertad para moverse y jugar. Ya que el gateo es tan importante para el cruce eficaz de la línea media ( y muchas otras áreas del desarrollo) trata de que tu bebé gatee durante el mayor tiempo posible. Si te preocupa que tu bebé no está cruzando la línea media pídele orientación al pediatra.